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PESHAWAR: Hombres armados tendieron una emboscada el sábado a un convoy de Pakistán que viajaba para llevar ayuda a una región asediada por luchas sectarias, dijo el gobierno local, hiriendo a varios funcionarios a pesar del alto el fuego anunciado hace tres días.
La región de Kurram, en el noroeste de Pakistán, ha sido asolada por la violencia entre suníes y chiíes durante décadas, pero unas 200 personas han muerto desde que estalló un nuevo enfrentamiento en noviembre.
Mientras las tribus enfrentadas han luchado con ametralladoras y armas pesadas, la remota y montañosa región fronteriza con Afganistán ha quedado en gran medida aislada del mundo exterior.
Después de que se convocara una tregua el 1 de enero, el convoy fue atacado mientras viajaba para recoger la primera entrega de alimentos y medicinas enviada por carretera desde noviembre, dijeron las autoridades.
El subcomisario de Kurram resultó herido «junto con otros dos funcionarios de la administración, dos policías y dos soldados del Cuerpo de Fronteras», dijo a la AFP el funcionario del gobierno local Motasim Billah.
Dijo que el ataque tuvo lugar alrededor de las 11.00 horas (06.00 GMT).
El subcomisario «fue atacado por malhechores no identificados», pero su «estado está fuera de peligro», según Muhammad Ali Saif, portavoz de la provincia noroccidental de Khyber Pakhtunkhwa.
«El convoy ha sido detenido temporalmente por motivos de seguridad», añadió en un comunicado.
El gobierno provincial ha promovido numerosos altos el fuego desde que estallaron los últimos combates, pero horas después se rompieron con nuevos enfrentamientos.
El ministro del Interior, Mohsin Naqvi, dijo en un comunicado que el ataque era «una conspiración» destinada a deshacer el alto el fuego acordado el día de Año Nuevo tras un consejo de líderes tribales de ambos lados.
«Elementos traviesos llevaron a cabo los disparos para dañar el acuerdo de paz», afirmó en un comunicado.
Pakistán es un país de mayoría sunita, pero los chiítas representan entre el 10 y el 15 por ciento de la población.
Las comunidades viven una al lado de la otra en Kurram, pero periódicamente se reavivan disputas por tierras antes de estallar en divisiones sectarias.
Esta actual ronda de violencia comenzó en noviembre, cuando dos convoyes separados de musulmanes chiítas que viajaban bajo escolta policial fueron emboscados, en los que murieron 40 personas.



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