BALuchistán: Según informes del Baluchistan Post, las fuerzas de seguridad paquistaníes habrían desaparecido a la fuerza a dos jóvenes en el distrito de Dera Bugti de Baluchistán.
Las víctimas, identificadas como Ashref, hijo de Bhora Khan Bugti, y Pato Khan, hijo de Siraj Bugti, supuestamente fueron detenidas por personal del Frontier Corps (FC). Por el momento, se desconoce su paradero, informó el Baluchistan Post.
Desapariciones forzadas ha sido un problema persistente en Baluchistán, donde grupos de derechos humanos acusan a las fuerzas de seguridad y agencias de inteligencia de Pakistán de ser cómplices de esta práctica. Los activistas sostienen que esos secuestros, a menudo sin el debido proceso o justificación legal, tienen como objetivo a civiles y exacerban el miedo en la región.
El caso de Ashref y Pato Khan forma parte de un patrón más amplio de desapariciones en la zona. Según el Baluchistan Post, sólo en diciembre se reportó la desaparición de ocho personas en Dera Bugti, lo que subraya la continua prevalencia de este problema en la provincia.
Las familias de los desaparecidos a menudo enfrentan considerables dificultades para buscar justicia o información sobre sus seres queridos. A pesar de las crecientes críticas internacionales, la práctica sigue estando muy extendida, lo que alimenta las tensiones en la volátil región.
Recientemente, las fuerzas de seguridad de Pakistán supuestamente secuestraron a cuatro personas en el distrito de Kech en Baluchistán, y sus familias aún desconocen su paradero, según el Baluchistan Post.
Las víctimas han sido identificadas como Ramzan Baloch, Shagarullah, Sher Jan Ishaq y Farooq Ishaq. Ramzan Baloch, empleado de la Autoridad Nacional de Bases de Datos y Registro (NADRA), fue detenido el lunes a las 19.00 horas (hora local) en la ciudad de Mand. La suerte de las personas secuestradas sigue sin estar clara y sus familias quedan en apuros, sin poder obtener ninguna información sobre su detención o ubicación.
Las actuales desapariciones forzadas en Baluchistán ponen de relieve una grave crisis de derechos humanos, en la que las familias de las víctimas enfrentan incertidumbre y miedo, mientras la comunidad internacional exige rendición de cuentas y el fin de tales abusos.