Mientras excavaban en las afueras de Londres, los arqueólogos descubrieron miles de huesos arrojados al pozo de una cantera en romano veces. Pero uno, en particular, se destacó: el báculo (hueso del pene) de un perro que había sido pintado de rojo en un lado.

«Este es el único ejemplo que pude encontrar de un pene real que potencialmente se haya utilizado como objeto ritual». Elena Verdedijo a Live Science en un correo electrónico un bioarqueólogo de la Universidad de Reading en el Reino Unido. Green detalló sus hallazgos en un estudio publicado el 25 de diciembre en la revista Revista de Arqueología de Oxford.

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