Hassan Nasrallahel antiguo líder de Hezbollah, fue asesinado en un ataque aéreo israelí el año pasado mientras dirigía las operaciones desde la sala de guerra del grupo, según un alto funcionario Hezbolá oficial, según la agencia de noticias AP. Wafiq SafaUna figura clave de la organización, reveló el domingo que Nasrallah estaba dentro de la sala de operaciones subterránea en los suburbios del sur de Beirut cuando ocurrieron los ataques el 27 de septiembre de 2023.
Los ataques aéreos israelíes de ese día destruyeron múltiples edificios en la zona, matando a Nasrallah y a otras cinco personas, según el Ministerio de Salud libanés. El ataque marcó un punto de inflexión crítico, convirtiendo meses de conflicto de bajo nivel en una guerra a gran escala que devastó partes del Líbano hasta que se alcanzó un frágil alto el fuego mediado por Estados Unidos el 27 de noviembre de 2023.
«Él dirigió la batalla y la guerra desde este mismo lugar», afirmó Safa durante una conferencia de prensa cerca del lugar del ataque.

La amenaza mortal de Hezbollah a Israel; ‘Antes del fin del alto el fuego de 60 días…’

Inicialmente, Israel declaró la muerte de Nasrallah a través de un portavoz militar, quien elogió el ataque aéreo como el fin de décadas de lo que describió como terrorismo orquestado por el líder de Hezbollah. Nasrallah, que dirigió la organización durante 32 años, la había convertido en una entidad política y militante formidable, profundamente arraigada en la política del Líbano y un adversario central de Israel.
El acuerdo de alto el fuego alcanzado tras el conflicto exige la retirada de Hezbolá al norte del río Litani y el desmantelamiento de su infraestructura militar en el sur del Líbano.
Sin embargo, las tensiones siguen siendo altas. El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, acusó a Hezbollah de no cumplir con los términos del acuerdo, advirtiendo de una posible acción militar si no se garantiza el cumplimiento. El líder de Hezbollah, Naim Qassem, respondió con amenazas de nuevos ataques si las fuerzas israelíes no lograban retirarse completamente del sur del Líbano a finales de enero.
El alto el fuego sigue siendo precario y ambas partes intercambian acusaciones de violaciones. A la fuerza de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas se le ha encomendado la tarea de monitorear la situación, pero escaramuzas y sobrevuelos esporádicos sugieren que el conflicto subyacente está lejos de resolverse.



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