Después de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, lanzó una guerra comercial contra Beijing durante su primer mandato, muchas multinacionales adoptaron una estrategia «China+1» al intentar navegar por un nuevo entorno turbulento.
La idea era alejar partes de sus cadenas de suministro de los centros de fábrica de China y a nuevos puntos críticos de inversión como Vietnam y México, para que pudieran mitigar el impacto de los aranceles estadounidenses dirigidos a las importaciones chinas.
Ahora, algunas empresas se están dando cuenta de que necesitarán repensar sus estrategias una vez más para hacer frente a una segunda administración de Trump aún más audaz.
Desde que regresó al cargo, el presidente de los Estados Unidos ya ha anunciado planes para aplicar aranceles del 25 por ciento sobre México y Canadá y aumentar las tareas de los productos chinos en un 10 por ciento.
Con muchos inversores preocupados de que Estados Unidos tome más medidas contra los mercados que sospecha de actuar como centros de transbordo para los productos chinos, algunos buscan diversificarse en una variedad de nuevos mercados, desde India hasta Etiopía.