En un giro dramático de los acontecimientos, el presidente electo Donald Trump jugó un papel fundamental para asegurar el puesto de orador del republicano de Luisiana Mike Johnson. Con sólo dos legisladores republicanos, los representantes Ralph Norman de Carolina del Sur y Keith Self de Texas, interponiéndose en el camino, Trump salió del campo de golf el viernes por la tarde para convencerlos personalmente de que apoyaran a Johnson, informó CNN.
La intervención resultó crucial ya que Johnson finalmente obtuvo los 218 votos necesarios para retener el puesto de presidente y liderar una cámara estrechamente dividida hacia el nuevo año. Si bien el registro oficial muestra que Johnson logró los votos requeridos en el primer intento, el resultado fue incierto hasta el último momento, lo que pone de relieve el drama político y la influencia que Trump sigue ejerciendo sobre el Partido Republicano.
Dos fuentes familiarizadas con la conversación revelaron que Trump instó a los legisladores a priorizar la unidad del partido, advirtiendo que los votantes tendrían poca paciencia ante la disfunción que podría surgir si los republicanos no lograban unirse detrás de un solo orador, informó CNN.
Este episodio destacó los importantes desafíos que enfrentaría el presidente electo Donald Trump a la hora de gobernar durante los próximos dos años, a pesar de que los republicanos controlan tanto la Casa Blanca como el Congreso.
Con mayorías estrechas en la Cámara y el Senado, Trump necesitará un apoyo casi unánime de su partido o cooperación bipartidista para cumplir los cambios radicales que prometió a los votantes. No lograr esto podría impedir su capacidad para cumplir su agenda.
La situación se volverá aún más precaria si el Senado confirma a los representantes Mike Waltz de Florida y Elise Stefanik de Nueva York para desempeñarse en la administración como asesor de seguridad nacional y embajadora de las Naciones Unidas, respectivamente, lo que reduciría aún más el margen republicano en la Cámara.
Estas dificultades se ven agravadas por las luchas que han enfrentado los republicanos de la Cámara de Representantes desde que recuperaron la mayoría en 2022, lo que subraya los desafíos que Trump deberá superar para mantener la unidad del partido y lograr sus objetivos políticos.
“Gobernar a veces es complicado”, dijo a CNN la representante republicana Stephanie Bice de Oklahoma. “Y creo que lo hemos demostrado no sólo hoy, sino durante los últimos dos años. Pero llegaremos allí”.
Trump ya se ha topado con las limitaciones de su influencia dentro de su propio partido. Antes de las vacaciones, intentó, pero no logró, convencer a los republicanos de la Cámara de Representantes de que aumentaran el límite de endeudamiento del país durante una votación sobre financiación que casi llevó al cierre del gobierno.
La influencia de Trump dentro de su partido ha enfrentado varios reveses. Sus aliados no pudieron influir en la votación para elegir al próximo líder de la mayoría del Senado, cargo que recayó en el senador de Dakota del Sur John Thune, ex crítico del presidente entrante.
Además, Trump no pudo convencer al gobernador de Florida, Ron DeSantis, de que nombrara a su nuera, Lara Trump, para el escaño en el Senado que actualmente ocupa Marco Rubio, a quien Trump ha seleccionado como secretario de Estado. Trump también abandonó los esfuerzos por nombrar al exrepresentante Matt Gaetz como fiscal general debido a la fuerte oposición de los republicanos del Senado.
Sin embargo, asegurar la victoria de Mike Johnson marcó una importante prueba temprana de la capacidad de Trump para navegar en una cámara estrechamente dividida, donde los legisladores individuales tienen un poder significativo.



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