La muerte de Liam Payne, de 31 años, conmocionó a los fanáticos de todo el mundo y generó más preguntas que respuestas. Ahora, varias personas, incluidos colaboradores cercanos de Payne y personal del hotel, han sido acusados en relación con el incidente, que las autoridades inicialmente sospecharon que podría haber sido un suicidio. Sin embargo, una investigación exhaustiva sobre su muerte ha descartado esa posibilidad, informó Daily Mail.
El medio de comunicación argentino Infobae informó que un juez acusó oficialmente a cinco personas. Dos de estas personas se encuentran en prisión preventiva, enfrentando graves acusaciones que van desde homicidio por negligencia hasta suministro de narcóticos. Entre los acusados se encuentra el amigo de Liam, Rogelio ‘Roger’ Nores, quien supuestamente dejó al cantante solo en la Hotel Casa Sur Palermo una hora antes de su fatal caída. Nores, quien inicialmente negó cualquier sospecha, ahora enfrenta cargos de homicidio por negligencia, lo que añade una capa de complejidad a la investigación.
En un giro sombrío, Braian Paiz, un camarero de hotel, ha sido acusado de suministrar narcóticos a Payne a cambio de un pago. Paiz, quien admitió haber consumido drogas, incluida cocaína, con el cantante, negó haberle dado drogas directamente pero reconoció su implicación en la situación. De manera similar, Ezequiel Pereyra, un empleado del hotel, también está acusado de delitos relacionados con drogas luego de supuestamente entregar cocaína a Payne en una caja de jabón de Dove.
La dirección hotelera tampoco escapa al escrutinio. Gilda Martín y Esteban Grassi, gerentes del hotel, han sido acusados de homicidio imprudente tras verse implicados en el trágico suceso. Grassi, el jefe de recepcionista, había hecho una llamada al 911 momentos antes de la caída de Payne, alegando que el cantante había estado actuando agresivamente y pidiendo alcohol y cocaína. Las autoridades también descubrieron mensajes de texto en los que Payne supuestamente ofrecía a un acompañante 5.000 dólares para «festejarse» pocos días antes de su muerte.
Lo que hace que este caso sea aún más escalofriante son los múltiples informes de que el cantante había estado luchando contra problemas de abuso de sustancias, lo que puede haber jugado un papel importante en su fallecimiento. Según el correo electrónico de un psiquiatra, a Nores le habían informado que seguir apoyando a Payne, dados sus problemas de salud mental y la peligrosa mezcla de antidepresivos y alcohol, ya no era factible. A pesar de esto, el círculo de Payne, incluido Nores, continuó teniendo un comportamiento que probablemente contribuyó a su trágico final.
Las autoridades han enfatizado que la muerte de Payne no fue un suicidio. Las pruebas revelaron que tenía alcohol, cocaína y trazas de un antidepresivo en su organismo en el momento de la caída. El estado del cantante fue descrito como «inconsciencia semi o total», lo que los fiscales creen que explica por qué se cayó del balcón.
La investigación continúa y los empleados del hotel y los presuntos traficantes de drogas se enfrentan a un posible cargo de homicidio involuntario a medida que se desarrolla el caso. Recientemente, surgió una fotografía que muestra a tres hombres, incluido Grassi, cargando a Payne de regreso a su habitación poco antes de su fatal caída. Esta imagen ha alimentado la especulación de que los cargos pronto podrían convertirse en homicidio involuntario.
Los testigos del trágico suceso, incluido el turista Bret Watson, se han pronunciado y han descrito el momento como algo que permanecerá con ellos para siempre. Watson contó: «Es algo que se ha grabado a fuego en mi cerebro y es algo que nunca voy a olvidar».
Mientras tanto, la novia de Liam Payne, Kate Cassidy, que estaba con él pocos días antes de su muerte, está cooperando con la policía en su investigación. Aunque no está siendo investigada, Cassidy ha expresado su deseo de justicia y ha dicho: «Cualquiera que haya proporcionado drogas a Liam debe ser procesado».