La amenaza inminente de una guerra comercial entre Canadá y Estados Unidos podría convertirse en la más significativa en décadas si el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, sigue adelante con sus planes de imponer aranceles del 25% a las importaciones canadienses, según la ministra de Asuntos Exteriores canadiense, Melanie Joly.
En una conferencia de prensa en Washington el viernes, Joly describió el conflicto potencial como una «guerra comercial» iniciada por Estados Unidos, advirtiendo que Canadá está preparado para tomar represalias con un «impuesto Trump» a Estados Unidos si es necesario.
«Estamos dispuestos a ejercer la máxima presión», dijo Joly, añadiendo que sería la «mayor guerra comercial entre Canadá y Estados Unidos en décadas». La amenaza arancelaria de Trump, que también apuntó a México y China, tendría graves consecuencias, particularmente para los consumidores y los empleos canadienses, sentimiento del que se hizo eco el primer ministro Justin Trudeau.
Trudeau, que ha subrayado el deseo de Canadá de evitar una guerra comercial, confirmó que el país está preparado para una respuesta «fuerte e inequívoca». «No hay nada descartado», afirmó, añadiendo que se diseñarían medidas de represalia para garantizar la equidad en todo Canadá. Estas medidas podrían incluir aranceles sobre diversos productos estadounidenses, incluidos productos de acero, cristalería e incluso jugo de naranja de Florida, según informes de la agencia de noticias AFP.
El gobierno canadiense también está estudiando la posibilidad de detener las exportaciones de energía, una propuesta que ha suscitado debate. La primera ministra de Alberta, Danielle Smith, se ha opuesto a la medida. Mientras tanto, el primer ministro de Ontario, Doug Ford, pidió una respuesta canadiense unificada y enfatizó que las acciones de Trump afectan a todos los canadienses, no solo a regiones específicas.
Las ramificaciones económicas de una guerra comercial podrían ser graves. Los expertos han sugerido que el PIB canadiense podría caer más del cinco por ciento y que las tasas de inflación y desempleo podrían aumentar significativamente. La relación comercial entre Estados Unidos y Canadá es vital: casi 3.600 millones de dólares en bienes y servicios cruzan la frontera diariamente y Canadá es el mayor destino de exportación de 36 estados de Estados Unidos.
Mientras el presidente electo de Estados Unidos se prepara para su toma de posesión, su postura sobre el comercio ha generado duras críticas. La repetida afirmación de Trump de que Canadá podría convertirse en el estado número 51 ha encontrado una firme resistencia por parte de los líderes canadienses. Jagmeet Singh, líder del Nuevo Partido Demócrata de Canadá, describió a Trump como una “clara amenaza” para la economía y la fuerza laboral de Canadá. Singh advirtió que las amenazas arancelarias de Trump empeorarían el costo de vida en Canadá, que ya es una preocupación para muchos ciudadanos.
Singh también ha pedido medidas firmes, incluido el corte del suministro de minerales críticos a Estados Unidos, lo que, según él, sería una forma eficaz de obligar a Trump a reconsiderar su posición. «Si quiere pelear con Canadá, tenemos que asegurarnos de que quede claro que eso también perjudicará a los estadounidenses», dijo Singh.