La primera semana en el cargo del presidente Donald Trump ya ha permitido vislumbrar cómo podría ser su segundo mandato, con medidas decisivas que podrían remodelar tanto la política como la dinámica política en Estados Unidos. Aquí hay un desglose de algunas de las primeras conclusiones de los primeros días de su nueva presidencia:
Envalentonado y sin restricciones
En sus primeras horas de regreso a la Casa Blanca, Trump no perdió el tiempo en hacer una declaración audaz. Otorgó indultos a más de 1.500 personas involucradas en el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021, incluidos aquellos que se enfrentaron violentamente con la policía. Los indultos, que contradecían comentarios anteriores de su vicepresidente JD Vance, señalaron la lealtad inquebrantable de Trump hacia sus aliados. Sus acciones durante la primera semana destacaron a un presidente libre de la necesidad de buscar la reelección o la amenaza de consecuencias legales, que ahora opera con menos restricciones por parte de un Congreso controlado por los republicanos.
Además, Trump revocó los detalles de seguridad de exfuncionarios como el Dr. Anthony Fauci, el exasesor de Seguridad Nacional John Bolton y otros que lo habían criticado públicamente. También ordenó la eliminación del retrato del ex presidente del Estado Mayor Conjunto, general Mark Milley, de las paredes del Pentágono, solidificando su postura contra aquellos a quienes consideraba adversarios.
Una administración más organizada
El segundo mandato de Trump ha visto un enfoque de gobernanza mucho más estructurado. Su administración rápidamente tomó medidas para despedir a las personas designadas por la era Biden, desmantelar iniciativas de diversidad e implementar una serie de órdenes ejecutivas de alto riesgo. Su enfoque en reducir la oposición del gobierno federal fue evidente, con acciones rápidas dirigidas a temas como la inteligencia artificial, las criptomonedas y la seguridad fronteriza. A diferencia de su primer mandato, en el que muchas órdenes ejecutivas fueron bloqueadas en los tribunales, Trump parece más capacitado esta vez a la hora de aprovechar sus poderes constitucionales para impulsar su agenda.
El estilo familiar de Trump: combativo e intransigente
A pesar de un enfoque más pulido, Trump sigue siendo inconfundiblemente él mismo. Después de un mesurado discurso inaugural, rápidamente volvió a su estilo combativo, arremetiendo contra el presidente Biden, el Departamento de Justicia y otros supuestos rivales. Su discurso, que duró más de 50 minutos, se centró no sólo en la política sino en dominar la conversación pública. Estaba claro que el impulso de Trump para atraer atención e influencia sigue siendo igual de fuerte, si no más.
Desafíos legales por delante
Las primeras acciones de Trump ya han provocado desafíos legales, particularmente en relación con la propuesta de poner fin a las protecciones del servicio civil para los trabajadores federales y su controvertida postura sobre la ciudadanía por nacimiento. Un juez federal rápidamente criticó su orden sobre la ciudadanía por nacimiento, calificándola de abiertamente inconstitucional. El resultado de estos desafíos podría moldear los límites de los poderes presidenciales de Trump y sentar precedentes sobre hasta qué punto los futuros presidentes pueden impulsar sus agendas.
El petróleo como solución
La estrategia económica de Trump depende del aumento de la producción de petróleo estadounidense, lo que, según él, hará bajar los precios y reducirá el apalancamiento financiero de Rusia en medio de la guerra en Ucrania. Al aprovechar las vastas reservas de petróleo de Estados Unidos, Trump pretende convertir al país en una superpotencia manufacturera, al mismo tiempo que desestima las preocupaciones sobre el cambio climático. Llamó al petróleo “oro líquido”, afirmando que reduciría la inflación e impulsaría el crecimiento económico.
Gigantes tecnológicos y rivalidades
El segundo mandato de Trump también ha visto una estrecha relación con los multimillonarios de la industria tecnológica, incluidos Elon Musk, Jeff Bezos y Mark Zuckerberg. Sin embargo, la presencia de estas figuras también ha generado tensiones. Los comentarios públicos de Musk sobre la capacidad financiera de SoftBank y la respuesta de Altman sobre X mostraron que incluso los poderosos aliados de Trump no son inmunes a la rivalidad. Los enredos de Trump con los gigantes tecnológicos podrían tener que ver tanto con resolver sus conflictos como con fomentar su apoyo.
Mirando al pasado: McKinley como modelo
La admiración de Trump por el expresidente William McKinley, en particular su uso de aranceles para financiar al gobierno, ha dado forma a su visión económica. Si bien la era de McKinley estuvo marcada por una economía en auge para algunos, los economistas advierten que intentar replicar este enfoque en el mundo moderno podría conducir a una agitación económica significativa, especialmente dado el enorme crecimiento del gasto gubernamental desde la época de McKinley.
El camino por delante
Si bien las primeras medidas de Trump han sido audaces y decisivas, queda por ver cómo se desarrollarán en el largo plazo. Sus desafíos legales, planes económicos e interacciones con poderosas figuras tecnológicas definirán gran parte de su segundo mandato. A medida que Trump continúa afirmando su influencia en el escenario nacional, los próximos meses revelarán si este presidente lleno de energía y envalentonado puede superar los desafíos que se avecinan.



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