La vicepresidenta Kamala Harris habla junto al presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson (R-La.), durante una sesión conjunta del Congreso para certificar la victoria del presidente electo Donald Trump en el Capitolio de Washington, el lunes.

vicepresidente Kamala Harris El lunes enfrentó un momento conmovedor en la historia de Estados Unidos, mientras presidía la certificación de su propia derrota electoral, reconociendo oficialmente a Donald J. Trump como el próximo presidente de los Estados Unidos.
De pie solemnemente en la cámara de la Cámara, Harris blandió el mazo con calma y precisión mientras el Congreso contaba los votos del Colegio Electoral: 312 para Trump y 226 para Harris. Su anuncio de la victoria de Trump fue recibido con vítores de los legisladores republicanos, mientras que una sonrisa educada de Harris transmitió su aceptación del momento.
Momentos después, Harris leyó los votos para vicepresidente, certificando que son republicanos. JD Vance en el puesto que pronto dejará vacante. Ambas partes levantaron aplausos, reconociendo la ejecución serena de Harris de su deber constitucional. La escena contrastaba marcadamente con el caos del 6 de enero de 2021, cuando los alborotadores irrumpieron en el Capitolio en un intento de interrumpir la certificación de la victoria del presidente Joe Biden.

En un breve vídeo publicado ese mismo día, Harris reafirmó su compromiso con la Constitución y la transferencia pacífica del poder. Después de la sesión, comentó: “Hoy se trataba de lo que debería ser la norma: la transferencia pacífica del poder. La democracia es frágil, pero hoy la democracia estadounidense se mantuvo”.
La conducta de Harris reflejó sus negativas anteriores a cuestionar la integridad electoral o repetir acusaciones infundadas, en marcado contraste con las acciones de Trump después de su derrota en 2020. Su silenciosa aceptación subrayó su compromiso con las normas democráticas y el estado de derecho.
Si bien Harris no ha revelado sus planes futuros, se especula en torno a una posible carrera presidencial 2028 o una candidatura a gobernador en California. Por ahora, sigue centrada en cumplir sus obligaciones y promover la resiliencia de la democracia.
La ceremonia del lunes se une a un linaje histórico de vicepresidentes, desde Richard Nixon en 1960 hasta Al Gore en 2000, que han presidido la certificación de sus derrotas electorales, demostrando gracia ante la pérdida. Las acciones de Harris en este día solidifican su papel en la defensa de esa tradición.



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