Los bomberos luchan contra el incendio Palisades mientras quema múltiples estructuras en el vecindario Pacific Palisades de Los Ángeles, el martes 7 de enero de 2025. (Foto AP/Ethan Swope)

El Incendios forestales en Los Ángeles de enero de 2025 se han apoderado del sur de California, obligando a evacuaciones generalizadas y destruyendo viviendas en vecindarios desde Pacific Palisades hasta Eaton Canyon. Estos incendios, impulsados ​​por feroces vientos de santa anahan servido como un claro recordatorio de la volatilidad de las áreas propensas a incendios y los desafíos que enfrentan tanto los socorristas como los residentes. Si bien las causas exactas de estos incendios siguen bajo investigación, se comprenden bien las condiciones que impulsaron su rápida propagación.

El papel de los vientos de Santa Ana

Los vientos de Santa Ana son un sello distintivo de la temporada de incendios en el sur de California. Estos vientos fuertes y secos se originan en la Gran Cuenca, una región desértica que se extiende por Nevada y Utah. Durante el invierno, se forman sistemas de alta presión sobre la Gran Cuenca, empujando el aire a través de pasos montañosos hacia las regiones costeras de menor presión. A medida que el aire desciende hacia la costa, se comprime y calienta, creando condiciones cálidas y secas ideales para alimentar incendios forestales.
En este caso, los vientos alcanzaron ráfagas de hasta 160 kilómetros por hora en las montañas de San Gabriel, según el Servicio Meteorológico Nacional. Estas ráfagas extremas no sólo esparcieron las brasas mucho más allá del perímetro inicial del incendio, sino que también hicieron casi imposible que los aviones de extinción operaran de manera segura. Los vientos dejaron en tierra helicópteros y aviones lanzadores de agua, herramientas fundamentales para contener incendios de tan rápido avance.

Incendios en Pacific Palisades y Eaton Canyon

El Incendio de Pacific Palisades Comenzó el martes 7 de enero y rápidamente intensificó, consumiendo casi 3,000 acres al anochecer. Situado en un barrio costero acomodado, el incendio destruyó numerosas viviendas y obligó a evacuar al menos a 30.000 residentes. Los atascos de tráfico en las estrechas carreteras de las laderas y los embotellamientos a lo largo de las principales rutas de escape, como Sunset Boulevard, complicaron aún más el proceso de evacuación. Los equipos de emergencia recurrieron a la demolición de vehículos abandonados para despejar el camino para los camiones de bomberos y los residentes que huían.

Mientras tanto, el Incendio del Cañón Eaton cerca de Pasadena se encendió el mismo día y creció a más de 1,000 acres en cuestión de horas. Este incendio, alimentado por brasas voladoras y vientos intensos, creó su propia tormenta de fuego, provocando incendios puntuales a kilómetros de distancia. Casas y estructuras, incluido el Templo y Centro Judío de Pasadena, quedaron envueltas en llamas. Más de 100 residentes de hogares de ancianos tuvieron que ser evacuados, muchos de ellos en sillas de ruedas y camillas, mientras arreciaba la tormenta de fuego.
La rápida propagación de los incendios tomó por sorpresa incluso a los bomberos más experimentados. «Estas brasas están volando por todas partes y yo sólo estoy viendo cómo mastican la ladera», dijo Sheila Kelliher, portavoz del Departamento de Bomberos del condado de Los Ángeles. «A medida que llega a cada nueva porción de combustible, simplemente explota».

Factores que contribuyen a la gravedad de los incendios

Si bien los vientos de Santa Ana desempeñaron un papel dominante, otros factores contribuyeron a la gravedad de los incendios:

  • Condiciones de sequía: El sur de California ha experimentado sequías prolongadas, dejando la vegetación seca y altamente inflamable. Esta falta de humedad proporciona abundante combustible para los incendios forestales.
  • Manejo de la vegetación: en áreas propensas a incendios como Pacific Palisades, la densa vegetación junto con el terreno empinado hace que los esfuerzos de extinción de incendios sean particularmente desafiantes. Incluso con los esfuerzos por crear espacios defendibles alrededor de las casas, la intensidad de estos incendios superó las medidas preventivas.
  • Invasión urbana: Las áreas de Pacific Palisades y Eaton Canyon son ejemplos de expansión urbana en regiones propensas a incendios forestales. Las carreteras estrechas, las calles sin salida y las rutas de escape limitadas complicaron los esfuerzos de evacuación y obstaculizaron el movimiento de los vehículos de emergencia.
  • Vulnerabilidades de infraestructura: los cortes de energía afectaron a más de 200.000 clientes en el área de Los Ángeles. Algunos cortes fueron medidas preventivas adoptadas por empresas de servicios públicos como Southern California Edison para evitar incendios provocados por líneas eléctricas caídas. Sin embargo, estos cortes también dejaron a los residentes sin recursos críticos durante la emergencia.

Impacto humano y respuesta

El costo humano de estos incendios ha sido profundo. En Malibú, la pérdida de instituciones de larga data como Malibu Feed Bin ha devastado a la comunidad. Se informó que las víctimas de quemaduras buscaron ayuda en refugios locales y las familias huyeron sólo con sus pertenencias más esenciales. Un bombero sufrió una lesión grave en la cabeza mientras luchaba contra el incendio de Palisades, lo que subraya los riesgos que enfrentan los socorristas.
Se emitieron órdenes de evacuación para decenas de miles de residentes, pero el cumplimiento varió. En Pacific Palisades, la caótica evacuación subrayó la dificultad de escapar de vecindarios densamente poblados con caminos de acceso limitado. En contraste, los residentes cerca de Eaton Canyon parecieron más receptivos a las advertencias de evacuación, tal vez más serios por el desastre que se estaba desarrollando en otros lugares.
A pesar de estos desafíos, la respuesta de las agencias locales, estatales y federales ha sido rápida. El gobernador Gavin Newsom declaró el estado de emergencia y movilizó recursos para ayudar a las comunidades afectadas. Los bomberos de múltiples agencias trabajaron incansablemente, desplegando equipos de ataque para contener los incendios y proteger la infraestructura crítica. Se establecieron centros de ayuda para proporcionar refugio, alimentos y asistencia médica a los evacuados.

El cambio climático y el futuro de los incendios forestales

La temporada de incendios forestales en California se ha vuelto más larga y severa, una tendencia que los expertos atribuyen al cambio climático. El aumento de las temperaturas, la reducción de las precipitaciones y las sequías prolongadas han creado la tormenta perfecta para incendios forestales más frecuentes e intensos. Si bien los científicos todavía están debatiendo el impacto preciso del cambio climático en los vientos de Santa Ana, existe consenso en que las temperaturas más cálidas contribuyen a incendios más grandes.
Además de los factores ambientales, la creciente intersección entre el desarrollo urbano y los paisajes naturales plantea interrogantes sobre la planificación del uso del suelo y las estrategias de mitigación de incendios. Las políticas que fomentan espacios defendibles, mejores materiales de construcción y regulaciones de zonificación más estrictas podrían ayudar a reducir el impacto de futuros incendios.



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