El trabajo humanitario de Carter le valió un amplio respeto y reconocimiento, que culminó con el Premio Nobel de la Paz en 2002 por su trabajo en la resolución de conflictos y la promoción de la democracia global.

Jimmy CarterEl legado de Trump se extiende mucho más allá de su presidencia. Después de dejar la Casa Blanca en 1981, Carter se dedicó a causas humanitarias a través del Centro Carter, una organización sin fines de lucro que él y su esposa, Rosalynn, fundaron en 1982. Centro Carter se convirtió en un líder mundial en la promoción de la paz, la lucha contra las enfermedades y la promoción de los derechos humanos, con iniciativas notables como los esfuerzos para combatir la malaria, la enfermedad del gusano de Guinea y la promoción de elecciones libres y justas en todo el mundo.
El trabajo humanitario de Carter le valió un amplio respeto y reconocimiento, que culminó en el año 2002. Premio Nobel de la Paz por su trabajo en la resolución de conflictos y la promoción de la democracia global. Sus años posteriores a la presidencia marcaron un período de servicio incansable, mientras viajaba a algunas de las regiones más desafiantes del mundo para mediar en conflictos, brindar ayuda y fomentar la gobernabilidad democrática.
Además de sus esfuerzos por la paz global, Carter también fue un dedicado defensor de la vivienda asequible a través de Hábitat para la humanidadtrabajando junto con voluntarios para construir hogares para los necesitados. Su profundo compromiso con la justicia social fue evidente en su inquebrantable dedicación a estas causas, incluso cuando su salud empeoró en los últimos años.

Una presidencia tumultuosa
La presidencia de Carter, que se extendió de 1977 a 1981, estuvo marcada tanto por logros significativos como por luchas serias. Mientras negoció los Acuerdos de Camp David, un éxito sin precedentes en la diplomacia de Oriente Medio, su administración enfrentó intensos desafíos internos, incluida la crisis energética de 1979, la inflación vertiginosa y el infame Crisis de rehenes en Iránen el que 52 estadounidenses estuvieron cautivos en Teherán durante más de un año.
A pesar de estos desafíos, la visión de Carter de un mundo más justo y pacífico dio forma a sus decisiones de política exterior, incluido su enfoque en los derechos humanos y su acuerdo histórico para limitar las armas nucleares con la Unión Soviética. Las dificultades económicas de su presidencia, en particular la profunda recesión de finales de la década de 1970 y la incapacidad de resolver la crisis de los rehenes en Irán, obstaculizaron su posición política y contribuyeron a su derrota en las elecciones presidenciales de 1980 ante Ronald Reagan.
Sin embargo, la carrera pospresidencial de Carter resultaría mucho más duradera que su mandato. Su liderazgo a nivel mundial esfuerzos humanitarios y su capacidad para reconciliarse con sus críticos lo convirtió en una figura querida tanto en Estados Unidos como en el extranjero.
El capítulo final: Un hombre de familia.
Los últimos años de Carter estuvieron marcados por su duradera relación con su esposa, Rosalynn, a quien a menudo consideraba una fuente de fortaleza a lo largo de su vida. La asociación de la pareja fue una de las más largas en la historia política estadounidense y abarcó casi ocho décadas. Superaron juntos tormentas personales y profesionales, incluida la pandemia de Covid-19 de 2020, durante la cual se aislaron juntos en su modesta casa en Plains, Georgia. El fallecimiento de Rosalynn Carter en noviembre de 2023 dejó un profundo impacto en su esposo, y sus últimos meses estuvieron marcados tanto por el dolor como por la reflexión.
En febrero de 2023, después de una serie de crisis de salud, incluido un diagnóstico de melanoma que se extendió al hígado y al cerebro, Carter ingresó a cuidados paliativos. Su decisión de renunciar a más tratamientos médicos y pasar sus últimos días en casa fue coherente con la filosofía de su vida de dignidad personal y humildad.
Planes funerarios y homenajes.
El servicio conmemorativo de Carter seguirá un cronograma cuidadosamente planeado, reflejando su compromiso de toda la vida con la familia, la tradición y el servicio público. El público tendrá la oportunidad de presentar sus respetos en Atlanta, donde descansará en el Centro Carter antes de ser trasladado en avión a Washington, DC para un funeral de estado en la Catedral Nacional. Al servicio asistirán dignatarios y jefes de estado, ofreciendo un homenaje final a un hombre cuya vida abarcó casi un siglo de historia estadounidense.

Después de las ceremonias nacionales, Carter regresará a Plains, donde será enterrado en los terrenos de la casa de su familia, completando una vida marcada por un extraordinario servicio a su país y al mundo.



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