DHARAMSHALA: China ha estacionado alrededor de 400 militares en el Academia Budista Larung Gar en el condado de Serthar, al este del Tíbet, como parte de una estrategia más amplia para reforzar el control sobre la región, el Administración central tibetana (CTA), citando informes del Tíbet.
La llegada de las tropas el 20 de diciembre de 2024 va acompañada de vigilancia con helicópteros, lo que indica una escalada de las medidas de seguridad en el centro de estudios budista tibetano más grande del mundo, dijo la CTA.
Larung Gar, fundada en 1980, ha sido durante mucho tiempo un centro para monjes y monjas budistas que buscan profundizar su educación espiritual. Sin embargo, se ha enfrentado a restricciones cada vez mayores por parte del gobierno chino, que ve a la academia como un centro de identidad y autonomía tibetanas.
En represiones anteriores, particularmente en 2016-2017, miles de viviendas monásticas fueron demolidas y muchos practicantes fueron desalojados por la fuerza. Como resultado, la población de Larung Gar se ha reducido a la mitad, de unos 10.000 a un número significativamente menor.
La Administración Central Tibetana (CTA) dijo que los informes indican que China planea imponer nuevas regulaciones en Larung Gar, incluida la limitación del tiempo que los residentes pueden permanecer a un máximo de 15 años.
Además, todos los monjes y monjas deberán registrarse ante las autoridades y se espera que se reduzca el número total de practicantes religiosos. Según se informa, a los estudiantes chinos se les está pidiendo que se vayan, lo que indica un esfuerzo específico para disminuir aún más la población de la academia.
Estas medidas representan un esfuerzo continuo del gobierno chino para ejercer un mayor control sobre las instituciones budistas tibetanas. Las nuevas regulaciones son parte de una campaña más amplia para restringir libertad religiosa en el Tíbetdonde las prácticas budistas tradicionales se han visto sometidas a una presión cada vez mayor.
La Academia Larung Gar, que alguna vez fue un faro de la erudición budista tibetana, ahora enfrenta una mayor vigilancia y restricciones estatales, lo que refleja la tendencia más amplia de disminución de la autonomía religiosa en la región.
La creciente presencia militar y las estrictas regulaciones en Larung Gar reflejan los continuos esfuerzos de China por controlar budismo tibetano y restringir las libertades religiosas en el Tíbet. Estas medidas son parte de una estrategia más amplia para disminuir la autonomía cultural y religiosa tibetana, consolidando aún más el control estatal sobre las instituciones espirituales de la región.