El Salvador, un país de poco más de seis millones de habitantes, ha sido escenario de varios experimentos monetarios audaces. En 2001, el dólar estadounidense se convirtió en la única moneda oficial del país. Veinte años después, el 7 de septiembre de 2021, hizo historia al convertirse en la primera nación en otorgar estatus de moneda de curso legal a bitcoin a través de la Ley Bitcoin. Esta regulación permite que tanto los ciudadanos como las empresas utilicen la criptomoneda para pagos y fines fiscales, exigiendo su aceptación en todo el país. El país también comenzó a acumular bitcoins en sus reservas estatales. Fue un movimiento revolucionario, que ocurrió en un momento en que Bitcoin se estaba recuperando del colapso de la criptomoneda TerraLuna y se acercaba a nuevos máximos de 69.000 dólares a principios de noviembre. Sin embargo, tres años después, esta revolución está flaqueando y la ambiciosa visión criptográfica del presidente del país, Nayib Bukele, pronto podría revertirse.

Según el Tiempos financierosEl Salvador está negociando con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener un préstamo de 1.300 millones de dólares, con la condición de que se realicen cambios a la Ley Bitcoin. Específicamente, el FMI insta al gobierno a eliminar el mandato legal que obliga a las empresas a aceptar bitcoins como forma de pago. En cambio, su uso se volvería voluntario, disminuyendo efectivamente su papel como moneda de curso legal en el país.

El periódico británico informa que las negociaciones en curso podrían desbloquear préstamos adicionales: mil millones de dólares del Banco Mundial y otros mil millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo, en los próximos años. Estos préstamos están destinados a Reducir la deuda pública de El Salvador.reforzar sus reservas bancarias y mejorar sus perspectivas de crecimiento. El gobierno también se ha comprometido a reducir el déficit presupuestario en 3,5 puntos porcentuales del PIB en tres años, mediante recortes del gasto y aumentos de impuestos. Además, planea aumentar las reservas de 11 mil millones de dólares a 15 mil millones de dólares.

El FMI ha criticado repetidamente la política monetaria de El Salvador. En 2022, la institución advirtió sobre los importantes riesgos de utilizar bitcoin como moneda de curso legal y desaconsejó su adopción. «A corto plazo, los costos y riesgos superan con creces los beneficios». el FMI declaró. Los riesgos identificados incluyeron amenazas a la estabilidad financiera, ya que los bancos y otras instituciones podrían quedar expuestos a la volatilidad del precio de bitcoin; riesgos para la integridad financiera, ya que los criptoactivos podrían facilitar la financiación del terrorismo, la evasión fiscal y el lavado de dinero; y riesgos de robo y ciberataques.

En ese momento, la situación parecía terrible y el FMI tenía motivos para preocuparse. Cuando la guerra en Ucrania desencadenó una caída del mercado mundial, El precio del bitcoin se desplomó más del 50% desde sus máximos históricos. Esto, a su vez, provocó la caída de los bonos gubernamentales de El Salvador, generando dudas sobre la capacidad del país para cumplir con su próximo pago de deuda. Incluso entonces, el FMI, que podría haber apoyado a El Salvador con financiamiento de respaldo para ayudarlo a cumplir con sus obligaciones, instó al gobierno a eliminar el bitcoin como moneda de curso legal, ya que su volatilidad ponía en peligro las finanzas públicas. La negativa de Bukele, sin embargo, complicó las negociaciones.

Ese momento crítico parece un recuerdo lejano para las autoridades de El Salvador. Apenas la semana pasada, cuando el bitcoin alcanzó los 100.000 dólares por primera vez en su historia, los bonos soberanos salvadoreños experimentaron un repunte. La deuda con vencimiento en 2041 subió 1,2 centavos, alcanzando un precio de 93,1 centavos por dólar, el más alto desde junio de 2021. Mientras tanto, los bonos con vencimiento en 2035 subieron 1,3 centavos, alcanzando 97,6 centavos por dólar, su valor más alto en más de tres años. “Esta es la primera vez en la historia que Bitcoin ha impulsado los bonos soberanos en los mercados tradicionales”, Bukele celebrado en X (anteriormente Twitter).

Judith Arnal, investigadora principal del Real Instituto Elcano y del Centro de Estudios de Política Europea (CEPS), explica que la postura cautelosa del FMI hacia el bitcoin es comprensible, dado que la criptomoneda fue diseñada como un desafío al sistema financiero tradicional, del que El FMI es un actor central. Sin embargo, le sorprende que el FMI sólo insista en eliminar el bitcoin como moneda de curso legal y no aborde el impacto en las arcas estatales de El Salvador.

“Esa es una inversión con dinero de los contribuyentes y vincula el futuro fiscal de El Salvador al desempeño de bitcoin. Francamente, eso es muy peligroso”, argumenta. Según la Oficina Bitcoin del país, El Salvador ha adquirido hasta el momento 5.961,77 bitcoins, valorados en más de 598 millones de dólares a los precios actuales del mercado.

Si bien El Salvador es visto como un refugio para la comunidad de activos digitales, los analistas sostienen que revertir su proyecto de criptoestado tendría poco impacto en bitcoin o en el mercado en general. David Tercero-Lucas, profesor de economía de la Universidad Pontificia de Comillas-ICADE, señala que el uso de bitcoin como método de pago ha sido mínimo incluso dentro de El Salvador. “Este cambio podría limitar la adopción de bitcoin entre la población y desalentar su uso en el comercio, pero dicha adopción es ya practicamente inexistente”, dice.

En realidad, la bitcoinización del país sigue siendo un sueño lejano. Cuando se aprobó la Ley Bitcoin para fomentar el uso de la criptomoneda en las transacciones cotidianas, el gobierno introdujo incentivos para que la población utilizara Chivo, una billetera digital que permite a los usuarios intercambiar tanto bitcoins como dólares. Los ciudadanos que descargaron la aplicación recibieron 30 dólares en bitcoins, equivalente a 3,75 veces el salario mínimo diario del país, según un documento de 2022 del Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER).

La misma organización realizó una encuesta a nivel nacional en 1.800 hogares para evaluar el éxito de la criptopolítica de El Salvador. Los resultados mostraron que la mayoría de las descargas de Chivo Wallet se produjeron en el momento del lanzamiento: “el 40% tuvo lugar en septiembre de 2021 y prácticamente no se registraron descargas en 2022”, señala el documento. El principal motivador para descargar la aplicación fue el bono de 30 dólares prometido por el gobierno. Después de gastar el bono, sólo el 20% de los encuestados continuó usando la billetera, y principalmente para transacciones en dólares. Menos del 10% siguió usándolo para transacciones de bitcoins.

En el ámbito empresarial, sólo el 20% de las empresas aceptan bitcoin como forma de pago, según el estudio, y las que lo hacen son en su mayoría grandes empresas. La mayoría de estas empresas convierten inmediatamente los ingresos de bitcoins en dólares. La volatilidad del activo, junto con las preocupaciones sobre la privacidad, ha disuadido una adopción más amplia de la plataforma y ha limitado su impacto económico.

Como resultado, los expertos coinciden en que si bien el potencial acuerdo con el FMI sería negativo para bitcoin, su efecto en los criptomercados sería limitado. Bitcoin se considera en gran medida una reserva de valor más que un medio de intercambio. Santiago Carbó, profesor de economía de la Universidad de Valencia en España, cree que este avance podría sentar un precedente, liderando otros Países que se habían visto alentados por el ascenso de Bitcoin. reconsiderar sus planes de adoptar la criptomoneda, especialmente si necesitan recurrir a instituciones como el FMI en busca de asistencia financiera. Al respecto, el experto es firme: “El Salvador probablemente dejará de ser un ícono de bitcoin”.

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