Una serie de incertidumbres acosan a los mercados financieros y los inversores deben tenerlas en cuenta al considerar sus opciones para el próximo año, para que sus inversiones no se conviertan en cisnes negros inesperados. Valoraciones bursátiles exageradas, como ocurre actualmente en Estados Unidos; manifestaciones salvajes en bitcoin y otras criptomonedas sin respaldo económico; una concentración de beneficios y subidas bursátiles en un número reducido de acciones que dan una falsa sensación de euforia; niveles de deuda pública en niveles récord; y la debilidad política de los actuales gobiernos europeos, con Francia a la cabezaen un momento de creciente tensión geopolítica y con la amenaza global de una guerra comercial con la llegada de Donald Trump al poder. Éstas son las fuentes de tensión en el mercado que deberían estar haciendo saltar las alarmas entre los inversores cautelosos.

1. Valoraciones del S&P 500

Los analistas llevan más de un año repitiendo el mantra de que las acciones estadounidenses son demasiado caras en comparación con las oportunidades que presenta Europa, pero el dinero insiste obstinadamente en invertir al otro lado del Atlántico. Clément Inbona, gestor de fondos de La Financière de l’Échiquier (LFDE), cree que las acciones estadounidenses están caras desde el punto de vista de la valoración, tanto en relación con su propia historia como con el resto del mundo y otras clases de activos. Varias cifras hablan por sí solas. “Actualmente, basándose en la famosa relación precio-beneficio (P/E) (el precio de las acciones en relación con las ganancias por acción), las acciones europeas cotizan con un descuento cercano al 40% frente a las acciones estadounidenses. Y añade: «Un inversor está dispuesto a pagar 22,5 dólares por acciones estadounidenses por 1 dólar de ganancias durante el próximo año, mientras que una empresa que cotiza en este lado del Atlántico le costaría una media de sólo 13,5 dólares». el explica.

En un artículo reciente, el directivo de Renta 4 Alpha, Alberto Espelosín, señalaba una diferencia P/E de ocho puntos a favor de la bolsa estadounidense, que supone un máximo de 20 años y nos remonta a los tiempos de las puntocom. burbuja de principios de siglo. Una diferencia que, a su juicio, tiene que ver con la preeminencia de los Siete Magníficos en Wall Street (Apple, Microsoft, Alphabet, Amazon, Nvidia, Meta y Tesla) por mejores márgenes de negocio y mayor crecimiento: antes de que aparecieran estos valores , el diferencial P/E con Europa fue de sólo dos puntos a favor de los mercados estadounidenses. Sin duda, y pese a las altas valoraciones, la bolsa estadounidense está ejerciendo de imán para los inversores que buscan oportunidades en la que será la gran tendencia del futuro: la tecnología. e inteligencia artificial. Europa, por el contrario, apenas cuenta con gigantes tecnológicos capaces de competir con los de Silicon Valley.

2. Fiebre criptográfica

El jueves pasado, bitcoin, la primera y líder criptomoneda del mundo, logró superar la barrera de los 100.000 dólares. La victoria de Donald Trump el 5 de noviembre ha sido clave en este repunte alcista, que partió de 69.450 dólares el día de las elecciones. El presidente electo republicano hizo una clara defensa de las criptomonedas en su campaña, que pretende incorporarse a las reservas del paísy esta semana le dio un impulso decisivo al nombrar a Paul Atkins, ferviente defensor de la eliminación de obstáculos al universo criptográfico, como presidente de la SEC, el supervisor del mercado. El Estado de Pensilvania, por ejemplo, está preparando un proyecto de ley que le permitiría invertir hasta el 10% de sus fondos de contingencia estatales (7.000 millones de dólares) en bitcoin, como forma de combatir la inflación y diversificar sus inversiones. Estas medidas suponen la institucionalización como activo financiero del bitcoin y del resto de criptomonedas, que han alcanzado una capitalización total de 3,05 billones de dólares.

Dogecoin ha sido uno de los criptoactivos con mejor rendimiento en los últimos tiempos (su precio se ha duplicado desde las elecciones estadounidenses), tras el anuncio de que Elon Musk, el autoproclamado “Dogefather”, dirigirá el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) bajo el mando administración entrante de Trump. Otras memecoins como Pepecoin y Bonk también han experimentado ganancias muy elevadas. En definitiva, la victoria de Trump ha avivado el apetito por activos de mayor riesgo, en una atmósfera de euforia que ignora episodios pasados ​​dramáticos como la quiebra de FTX y la cautela con los criptoactivos mostrada por instituciones financieras como el Banco Central Europeo.

3. Centrándose en el índice

Estados Unidos representa casi el 70% del índice MSCI All Country World (MSCI), frente a un peso del 30% en los años 80, aunque su peso actual en la economía global es del 27%. Y en otra demostración de la concentración que están experimentando los mercados, las acciones de los Siete Magníficos representan aproximadamente el 30% de la capitalización de mercado del índice S&P 500. “Los rendimientos del S&P 500 este año han sido nada menos que espectaculares, con un aumento sorprendente del 26% hasta la fecha (en lo que va del año). Este desempeño estelar se debe a un puñado de acciones tecnológicas (las 7 Magníficas) que obtuvieron un rendimiento del 41% hasta la fecha y representaron un sorprendente 47% de las ganancias del índice, en comparación con solo el 18% de las 493 acciones restantes”, explicaron los analistas de Goldman Sachs en un informe reciente. El estratega jefe de acciones estadounidenses del banco de inversión, David Kostin, sostiene que los inversores deben preocuparse por la concentración del mercado a largo plazo: prevé una rentabilidad media anualizada para el S&P 500 del 3%, muy por debajo de la media histórica del 11% y del 4%. puntos por debajo del promedio del 7% que sugeriría el modelo excluyendo la concentración del mercado.

El buen desempeño del mercado estadounidense ha cobrado mayor impulso con la victoria de Donald Trump, quien ha sido recibido con un sentimiento alcista por sus propuestas de menos regulación y menores impuestos. Pero sus políticas también conllevan un riesgo inflacionario, con altos aranceles de importación y deportaciones de inmigrantes, lo que puede conducir a un menor crecimiento.

4. La deuda pública en niveles récord

Estados Unidos acaba de superar un nivel de deuda pública de 36 billones de dólares. El inminente regreso de Trump al poder ha ejercido presión sobre el mercado de deuda en vista de sus políticas anunciadas de recortes de impuestos y aumento del gasto, que se espera que aumenten el déficit anual y engrosen la cifra de deuda. El mercado ya ha reaccionado con una subida de los tipos de los bonos a 10 años hasta alrededor del 4,2%, aunque se acercaban al 4,5% después de las elecciones. Las previsiones más pesimistas no descartan que el bono estadounidense alcance niveles del 5%, lo que en otras ocasiones ha desencadenado ventas masivas en las bolsas.

Las cosas no están mucho mejor en Europa, con una deuda de alrededor del 88% del PIB, que el Fondo Monetario Internacional (FMI) espera que se afiance en los próximos años. En la zona euro, las cifras son muy dispares: la deuda pública de Grecia equivale al 163,3% de su PIB, mientras que la de Francia ronda el 110% desde hace dos años y la de España se sitúa en el 104,4%. Otros están muy por debajo de estos porcentajes: Alemania (62%), Países Bajos (43%), Austria (81,6%) y Suecia (31,6%). El BCE no se muestra complaciente y recientemente advirtió sobre los riesgos que enfrenta la zona del euro. «La mayor incertidumbre política y geopolítica, los débiles fundamentos fiscales y la lenta tendencia de crecimiento están aumentando los temores sobre la sostenibilidad de la deuda soberana de algunos países de la zona del euro», señaló en su último informe anual de estabilidad financiera.

5. Riesgos políticos

La semana pasada, el Primer Ministro francés Michel Barnier fue derribado por una moción de censura en el parlamento después de sólo tres meses en el cargo. La inestabilidad política ha llevado a este gran motor económico europeo a un importante incremento de su prima de riesgo respecto a Alemania, incluso por encima de países periféricos como Grecia, España o Portugal y sólo superado por Italia. “Francia, con un déficit fiscal del 6%, el doble de la media europea, y una economía que necesita reformas urgentes, está atrapada en una tormenta política que amenaza con abrumar al gobierno y desestabilizar uno de los pilares de la Unión Europea”, explica Ignacio Dolz de Espejo, director de soluciones de inversión de Mutuactivos.

Mientras tanto, Alemania se encuentra en una encrucijada antes de sus próximas elecciones generales, previstas para el 23 de febrero, tras el colapso de la coalición liderada por Olaf Scholz. La mayor economía de Europa ha visto cómo se acumulan sus problemas estructurales en los últimos años. Ha pasado de tener energía asequible e importar bienes baratos a exportar bienes manufacturados a Rusia y China, a encontrarse en la situación contraria. Y enfrenta una profunda crisis industrial, especialmente en la industria automotriz.

Francia y Alemania se enfrentan a tensiones políticas que podría extenderse a otros países del Viejo Continente ante la falta de gobiernos sólidos para afrontar los desequilibrios de sus economías y la amenaza de aranceles de Estados Unidos. El nuevo año no parece ser plácido para las inversiones en Europa, menos aún si llegan turbulencias del otro lado del Atlántico.

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