En las últimas décadas, figuras como Mark Zuckerberg, Elon Musk y jeff bezos Han construido imperios que han transformado nuestra realidad económica y social. Sin embargo, sus recientes acciones y alineamientos políticos generan preocupación sobre su compromiso con los valores democráticos que, paradójicamente, facilitaron su ascenso.
Elon Muskcon la adquisición de X (anteriormente Twitter), ha permitido la proliferación de información errónea y discursos de odio en la plataforma, socavando la deliberación pública y la confianza en las instituciones democráticas. Su apoyo a los movimientos políticos de extrema derecha en Europa, como el AfD en Alemania, y su cercanía a líderes con tendencias autoritarias, muestran una preocupante indiferencia hacia los principios democráticos.
Mark ZuckerbergAlabama eliminar verificadores de contenido en Facebook mi Instagramha optado por un modelo de «libertad de expresión» que, en realidad, facilita la difusión de información falsa y propaganda populista. Esta decisión, que coincide con los intereses de los líderes políticos que ignoran la verdad objetiva, socava la integridad del discurso público y la salud de nuestras democracias.
jeff bezosdueño de El Correo de Washingtonha mostrado una preocupante disposición a alinearse con poderes políticos que promueven agendas iliberales. Su influencia en el medios de comunicación y su reciente acercamiento a líderes que desprecian la libertad de prensa plantean serias dudas sobre su compromiso con la valores democráticos.
Estos líderes tecnológicos parecen olvidar que fue precisamente el entorno de libertad y democracia lo que permitió su innovación y éxito empresarial. Si en lugar de haber surgido en la cuna de la democracia, hubieran nacido en una sociedad carente de esos valores, sus emprendimientos no habrían prosperado en estas dos décadas.
Es imperativo que reflexiones sobre tu responsabilidad moral en la preservación y regeneración de las democracias que hicieron posible su éxito. Su influencia global y su enriquecimiento gracias a las masas de consumidores libres conlleva la obligación ética de promover la veracidad, la igualdad y la participación ciudadana, en lugar de contribuir a la degradación de los sistemas democráticos que les permitieron alcanzar la cima del éxito empresarial.
Nadie exige que dejen de ganar dinero. Sólo que, en sus estrategias de crecimiento, invierten una parte importante de sus beneficios en plusvalías �ticas (honestidad, equidad, solidaridad) y recuperar aquellas inversiones en bienes de reconocimiento moral por parte de la sociedad.