Las formas de habitar, resistir y vivir las infancias en América Latina y el Caribe se desarrollan en un contexto caracterizado al menos por cuatro formas de manifestación de la violencia. Además, hay otros tres fenómenos complejos que se superponen, agravan sus condiciones de vida y afectan profundamente su bienestar. En Ayuda en Acción trabajamos por una infancia libre de violencia y hoy queremos contarte más al respecto.
Formas de manifestación de violencia hacia los niños
En cuanto a las formas de manifestación de la violencia, identificamos las siguientes:
- la violencia que se desarrolla en los ámbitos educativo, familiar y comunitario;
- pobreza infantil multidimensional;
- violencia llevada a cabo por agentes no estatales;
- violencia ejercida por agentes estatales.
En este contexto, también se desarrollan tres dinámicas complejas que inciden limitantes y altamente nocivas en el goce, ejercicio y protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes: movilidad humanael emergencia climática y el ciberespacio.
Es especialmente importante resaltar el vínculo entre los movimientos migratorios, el cambio climático y la protección por el creciente impacto a corto, mediano y largo plazo en la vida de los niños.
Movilidad humana e infancia.
Actualmente podemos hablar de un sistema migratorio compuesto por tres subsistemas de movilidad humana que alcanzan todo el continente americano desde Paraguay hasta EE.UU.: mesoamericano, insular-caribeño y sudamericano.
Aunque tradicionalmente no se ha prestado mucha atención al significado de la infancia y la adolescencia como protagonistas de estos flujos migratorios, la singularidad del fenómeno y particularmente la de menores no acompañados. Según datos de UNICEF, en 2021 Había 6,3 millones de niños y adolescentes migrantes en la región25% sin acompañante. En 2022, 140.000 menores no acompañados vivían en las fronteras entre México y Estados Unidos.
La conjunción de todos estos fenómenos estructurales da como resultado un contexto que podemos caracterizar como altamente vulnerable y perjudicial para la niñez, como lo ha señalado reiteradamente el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas en sus informes a algunos de los Estados. de la región.
Para Ayuda en Acción, son especialmente preocupantes las condiciones de vulnerabilidad que se dan en aquellos territorios y sujetos donde confluye la intersección de género, etnia, raza, clase social y económica, nacionalidad o sexo porque precisamente allí los efectos de esta violencia son más virulentos. crónica y persistente, agravando el desamparo y la vulneración de los derechos de la niñez.
La respuesta a la violencia contra la infancia de Ayuda en Acción
Como respuesta a estos problemas, en Ayuda en Acción venimos trabajando en la región con un posicionamiento territorial y en coordinación con los propios niños, niñas y adolescentes y otros agentes locales.
Desde el territorio promovemos alianzas multiactor desde las cuales se potencian las capacidades de los funcionarios locales (docentes, trabajadores de la salud, policías, jueces de paz, trabajadores sociales) y la promoción y liderazgo de los agentes comunitarios (facilitadores judiciales, autoridades comunales e indígenas, etc. .). Son agentes que muchas veces reemplazan la respuesta fallida o la débil presencia del Estado en el territorio y se configuran como garantes de facto de los derechos de la niñez desde una posición militante, que se despliega sobre la base del voluntariado comunitario y un fuerte compromiso. con justicia social, desarrollo territorial y buen vivir.
Desde Ayuda en Acción te acompañamos promocionando procesos de empoderamiento y reapropiación del territorio a partir de dos elementos: la promoción de una cultura de autocuidado, cuidado mutuo, protección y buen trato a niños, niñas y adolescentes; y la generación de oportunidades y condiciones para el desarrollo de proyectos y planes de vida digna, con enfoque en jóvenes y mujeres, favoreciendo el arraigo en el territorio con sus diversidades, su patrimonio cultural y pluralidades, con su constante evolución y dinamismo.
Intentamos promover experiencias prácticas de participación y protagonismo infantil a través de instancias como Colectivos Comunitarios de Niñez y Adolescencia, Comités de Protección Infantil, Cuadrantes de Protección Comunitaria, Comités de Enlaces Solidarios o Redes de Jóvenes.
Nuestro modelo para promover la participación protagónica de la niñez se puede sistematizar en tres pasos:
- Desde un enfoque sistémico y soporte de largo plazo, ejecutamos acciones permanentes de sensibilización, formación y aprendizaje en derechos humanos y ciudadanía a partir de metodologías lúdicas donde la juego y deporte En los espacios comunitarios ocupa un lugar central.
- impulsamos procesos de comunicacion social para que los propios menores expresen su voz como sujetos protagonistas. A través de marchas, programas de radio, tertulias, teatros y otras metodologías promovemos el activismo infantil por los derechos humanos.
- Promovemos el constitución de grupos organizados de participación infantil con el objetivo no sólo de articular el conjunto de procesos anteriores, sino de trascender las problemáticas de la niñez y la adolescencia y proponer agendas de desarrollo más integrales, estructurando así una participación con vocación de incidencia política. Desde estos espacios, los niños expresan su voz sobre los aspectos que les afectan, participando, por ejemplo, en la elaboración de mapas de riesgo comunitarios, diagnósticos, foros municipales sobre derechos de la niñez, presupuestos participativos, etc.
Todo ello repercute directamente en la mejora de las condiciones de vida y el bienestar de la infancia con algunos resultados claros como la reducción de situaciones de violencia horizontal llevada a cabo entre adolescentes, la visibilización y desnaturalización de la violencia de género que se lleva a cabo. sobre niñas y adolescentes (uniones civiles a edades tempranas, estupro, abuso de poder y afectividad tóxica de relaciones inapropiadas), la percepción de la violencia como asunto público, la firma de códigos éticos de conducta por parte de empresas hoteleras para prevenir la violencia sexual o la aprobación de planes municipales de niñez y adolescencia con financiamiento, entre otros.
Es un camino no exento de dificultades, resistencias y retrocesos. Pero es un recorrido que contribuye a construir en la infancia (y también en los adultos) sujetos empoderados para el ejercicio de una ciudadanía de acción comunitaria que trasciende lo local y contribuye a revitalizar y fortalecer el Estado de derecho y la cultura de paz.
*(Artículo escrito por Antonio Josué Díaz, responsable de Infancia de Ayuda en Acción).