Un juez de TORREVIEJA puso en libertad bajo fianza a un checo de 32 años el viernes por su conexión con el asesinato de John George, padre de dos hijos en Belfast, cuyo cuerpo fue encontrado en una granja en Rojales, provincia de Alicante.
El ciudadano checo fue detenido poco después del descubrimiento del cuerpo el martes.
Una fuente de la Audiencia Valenciana afirmó: “El juez le atribuye actualmente un delito de homicidio en calidad de cómplice o complicidad en el delito”.
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El checo anónimo tendrá que presentarse ante un tribunal cada 15 días y le han retirado el pasaporte, además de recibir la orden de no salir de España.
La familia de George afirma que el asesino era un narcotraficante, también de Irlanda del Norte, y que huyó a Tailandia.
La última vez que se supo de John George fue el 14 de diciembre, cuando hizo una llamada telefónica «angustiosa» a su familia después de ir de vacaciones a Orihuela Costa.
Su padre, Billy, lo instó a regresar a casa en un vuelo que había reservado cuatro días después.
Debía conducir desde Cabo Roig a Benidorm el 14 de diciembre pero nunca llegó.
Su familia insistió desde el principio en que fue «atraído» a España antes de que un conocido lo matara a tiros.
El presunto asesino, según la familia de John George, es un narcotraficante con vínculos con la Asociación de Defensa del Ulster, leal a los paramilitares.
Billy George ha nombrado a seis personas en las redes sociales como sospechosas de la muerte de su hijo.
Entre ellos se encuentran el ciudadano checo detenido y el hombre que voló a Tailandia, así como su novia.
Una autopsia confirmó que el Sr. George había sido asesinado a tiros.
Su cuerpo fue escondido entre unos árboles en una finca de limoneros en Rojales, a 25 kilómetros de Cabo Roig.
Un testigo del caso llamó a su familia diciendo que una persona había admitido haber llevado a cabo el asesinato y que uno de los sospechosos había cogido el arma para «limpiarla».
En la misma llamada, la persona contó que sobre las 22.00 horas del 14 de diciembre, John George salió de su apartamento de Cabo Roig con otro hombre, quien regresó a su casa unas horas después con el arma y confesó haberle disparado.
