La tasa de inflación de España en diciembre fue confirmada el miércoles en 2,8% por el Instituto Nacional de Estadística, un 0,4% más que la cifra de noviembre, pero un 0,8% menos en términos anuales.

El aumento de los precios del combustible y la energía fue la fuerza impulsora del aumento, mientras que la inflación de los alimentos se situó en el 1,8% el mes pasado.

Los aumentos de los precios de los alimentos y la electricidad en comparación con el año anterior se deben a que el gobierno retiró los subsidios introducidos tras la invasión rusa de Ucrania en 2022.

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INFLACIÓN DE ALIMENTOS AL 1,8%

Los precios de la cultura y la recreación aumentaron al 3,2% en diciembre desde el 2% del mes anterior, principalmente debido al aumento de los precios de los paquetes turísticos.

La tasa de inflación subyacente interanual de España en diciembre ascendió al 2,6%, su máximo en cuatro meses, en contraste con el 2,4% de noviembre.

Esto también estuvo en línea con las expectativas del mercado, ya que la inflación subyacente no incluye los precios de la energía y los alimentos debido a su volatilidad.

En un comunicado, el Ministerio de Economía dijo: “A lo largo del año, la inflación, tanto general como subyacente, ha ido cayendo de manera continua”.

«Esta reducción anual pone de relieve la eficacia de las medidas de política económica adoptadas, que están permitiendo conciliar un mayor crecimiento entre las principales economías de la zona del euro y una reducción continua de la inflación», añadió.

La Comisión Europea espera que la inflación de España promedie alrededor del 2,2% en 2025, antes de caer al 2% en 2026, en línea con el objetivo del Banco Central Europeo.

También espera que la tasa de crecimiento del producto interior bruto (PIB) de España sea del 2,3% este año, antes de caer al 2,1% el próximo año.

CaixaBank de España espera que la inflación subyacente alcance el 2% este año y que 2025 sea un año sólido para la economía del país, principalmente debido a la creciente demanda interna privada.

Sin embargo, el banco destaca que si los riesgos geopolíticos empeoran, esto puede frenar el crecimiento económico.

Esto podría incluir una guerra arancelaria entre EE.UU. y la UE, o la UE y China, así como una escalada de los conflictos en Oriente Medio, que podrían hacer subir los precios de la energía.


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