El Banco Central de la República de Turquía (CBRT) ha recortado su tipo de referencia de recompra a una semana en 250 puntos básicos, hasta el 47,5%. La medida superó las previsiones de los economistas de una reducción de 150 puntos básicos y marcó un cambio en la política monetaria después de ocho reuniones consecutivas.

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La decisión se produce en medio de una caída constante de la inflación, con el índice de precios al consumidor (IPC) anual de noviembre cayendo al 47,09%, el nivel más bajo desde junio de 2023. Esto representa el sexto mes consecutivo de desinflación, frente al 48,58% en octubre. Mensualmente, la inflación aumentó un 2,24%, el menor aumento en cinco meses.

El impulso desinflacionario se fortalece en Turquía

El CBRT afirmó que «los principales indicadores apuntan a una disminución de la tendencia subyacente en diciembre», y la demanda interna continúa moderándose. Si bien la inflación básica de los bienes sigue siendo moderada, los precios del sector de servicios están mostrando signos de mejora. La inflación de los alimentos no elaborados, que había sido elevada, parece haberse atenuado en diciembre.

El banco central señaló que la postura monetaria estricta está impulsando la desinflación al moderar la demanda interna, fomentando la apreciación real de la lira turca y mejorando las expectativas de inflación.

Sin embargo, advirtió que los riesgos de inflación persistían y se comprometió a mantener un enfoque prudente en la política monetaria, ajustando su postura reunión por reunión.

De cara al futuro, el CBRT reiteró su objetivo de inflación a mediano plazo del 5%, con una banda de tolerancia del 2%, al tiempo que proyecta que la inflación disminuirá al 21% para fines de 2025 y al 12% para fines de 2026.

«Creemos que el nuevo conjunto de proyecciones ahora es más alcanzable, pero el retraso previsto en el proceso de desinflación probablemente atraerá cierta atención», dijo recientemente Muhammet Merkan, economista del Grupo ING.

Mejora de la calificación crediticia y las perspectivas económicas

Los recientes esfuerzos de estabilización económica de Turquía han obtenido reconocimiento internacional. En noviembre, Standard & Poor’s mejoró la calificación crediticia soberana a largo plazo de Turquía a BB- ​​desde B+, citando una mejor política monetaria, la estabilización de la lira y la reconstrucción de las reservas de divisas.

La agencia destacó la reducción del déficit de cuenta corriente, ahora reducido en alrededor de cuatro puntos porcentuales del producto interno bruto desde 2022, como una señal positiva.

De manera similar, un informe reciente de BBVA elogió la acumulación de reservas extranjeras del CBRT y destacó el regreso del banco a ser un comprador neto de divisas.

A pesar de estos logros, persisten desafíos. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pronostica que el crecimiento del PIB de Turquía se desacelerará al 3,5% en 2024 y al 2,6% en 2025, lo que refleja el impacto de las necesarias medidas de estabilización macroeconómica.

Reacciones del mercado

La lira turca se mantuvo estable tras la decisión de recortar los tipos, y el tipo de cambio euro-lira se mantuvo estable en 36,61.

Desde noviembre, la lira se ha fortalecido un 2% frente al euro, aunque se ha debilitado un 12% frente a la moneda única a lo largo de 2024.

Mientras Turquía navega por su camino hacia una desinflación sostenida y un reequilibrio económico, la estrategia del CBRT de mantener una política monetaria estricta y al mismo tiempo fomentar la coordinación con las medidas fiscales será crucial para lograr la estabilidad a largo plazo.

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